El secreto a voces es ya una realidad: después de varios años de pérdida de competitividad y un importante fraude en Japón sobre el registro contable en sus balances, Toshiba decidió retirarse mundialmente del negocio de informática. Oficialmente anunció el cierre de todas sus oficinas comerciales incluyendo Estados Unidos, Europa y Latinoamérica a partir del 31 de marzo.
En un mercado donde los dispositivos toman cada vez más protagonismo, los fabricantes de PCs fueron mutando hasta convertirse en proveedores de portátiles, tablets y smartphones. Toshiba, no fue ajena a ello y trabajo fuertemente los últimos años, haciendo también foco en almacenamiento.
Sin embargo, el paso del tiempo no fue positivo en términos de competitividad y hacia diciembre del año pasado, la empresa japonesa recibió una multa récord por un fraude contable multimillonario. Dicha multa, que alcanzó los 7,370 millones de yenes, responde al grave fraude contable cometido por la empresa por el cual sobrestimó entre 2007 y 2014 sus ingresos por ventas en 224,800 millones de yenes (1,706 millones de euros). La compañía también infló su resultado operativo en 155,200 millones de yenes (1,178 millones de euros), lo que supone uno de los mayores escándalos financieros en Japón de los últimos años. Parece ser que la historia de Toshiba dentro del mercado informático tiene fecha final: el 31 de marzo será el último día en que la marca trabajará a nivel global.